Se acabó: " la pretencion de un minúsculo grupo de residentes quinchinos en Lima, que se jactaban de "abogadiles" y que creían que su palabra debe marcar los destinos de Quinches. Un grupo que estuvo coludido con la corrupcción de años anteriores" así dió a conocer la noticia, un trabajador de la Municipalidad de Quinches.
Con alegría y satisfacción los trabjadores del Municipio y partidarios del alcalde Rafael Ramos Martinez dieron conocer el triunfo frente a una antojadiza solicitud de revocatoria promovida desde Lima. Lo que demuestra una vez más que este mecanismo solo se ha convertido en un instrumento de venganza en los pueblos pequeños, de candidatos perdedores y que refleja solo rivalidades de familias.
Rafael Ramos continuará en el cargo pese a la enorme campaña de difamación emprendida contra él, desde Lima. Las revocatorias son un fracaso y un gasto inutil, que perjudica la gobernabilidad de los distritos, como se viene demostrando en la Provincia de Yauyos, puesto que para revocar a un alcalde de pocos electores es tan fácil como hacer una pollada.
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